domingo, 8 de julio de 2012

Consumacion


NICOLAS BRAVO.

(Chilpancingo, 1776 - id., 1854) Militar y político mexicano que fue presidente de la República entre 1842 y 1843 y en 1846. Fue hijo de un rico hacendado criollo, en un ambiente de rechazo crítico a las actuaciones de la corona en Nueva España.

Su padre Leonardo y un hermano suyo participaron en los primeros levantamientos insurgentes, por lo que en 1810, en plena juventud, Nicolás Bravo decidió incorporarse a las fuerzas rebeldes mandadas por su padre, pasando en mayo del año siguiente a servir a las órdenes de Hermenegildo Galeana, líder insurgente en el vecino Estado de Morelos. Participó en diversas acciones, tanto en su tierra natal (actuando en la vanguardia del ataque al pueblo de Chichihualco, donde tenía la hacienda su familia) como en el Estado de Morelos, pero también extendió sus correrías hasta Veracruz, distinguiéndose en la defensa de Cuatla, a las órdenes del general Morelos.

En el desarrollo de estas acciones, Nicolás Bravo adquirió la reputación de soldado "generoso y magnánimo" (según don Lucas Alamán), al perdonar la vida y otorgar la libertad a los 300 soldados realistas que en agosto de 1812 habían caído en su poder en San Agustín del Palmar, cerca del puerto de Veracruz. Se dio la coincidencia de que poco después recibió la noticia de la prisión de su padre y la oferta de indulto del virrey si se arrepentía y presentaba. Nicolás Bravo decidió liberar a los presos en lugar de fusilarlos, para diferenciar la causa de la Independencia de la barbarie virreinal, según relato del mismo a Lucas Alamán. Algunos autores llamaron a este gesto "la venganza de Bravo".

Fue uno de los oficiales que mayor prestigio y victorias ofreció a los seguidores de José María Morelos, al que acompañó en la toma de Oaxaca y en el sitio de Acapulco. Acantonado en Chilapa, siguió desde las tierras del sur las vicisitudes de la insurgencia y la convocatoria del Congreso en Chilpancingo, donde apoyó el nombramiento de generalísimo a favor de Morelos, su caída posterior tras la derrota de Valladolid y la dispersión del Congreso.

Republicano convencido, se opuso sin embargo en 1823 a las pretensiones del nuevo mandatario y, junto con Vicente Guerrero, dirigente del ala más liberal de la insurgencia, escapó de la capital y se adhirió a la revuelta encabezada por Santa Anna en Veracruz. Se enfrentó con Guerrero al brigadier Armijo y fue derrotado en la batalla de Almolonga (25 de enero de 1823), entre Chilapa y Tuxtla. Tras numerosas acciones, formó con Antonio León una Junta de Gobierno en Oaxaca e hizo su entrada en Puebla, al frente del ejército llamado "libertador". Unido a los demás líderes republicanos, consiguió la renuncia del emperador a comienzos de 1824.

En la división política que siguió a la deposición de Iturbide, Nicolás Bravo fue considerado uno de los primeros dirigentes de la masonería escocesa, conservadora y centralista, frente a los grupos seguidores del embajador Joel R. Poinsett, adheridos al rito yorkino, federalista y radical. Tras la aprobación de la Constitución, el congreso lo nombró miembro del poder ejecutivo que sucedió a Iturbide, cargo en el que cesó el 1 de octubre de 1824, al producirse la subida al poder de Guadalupe Victoria, que lo designó vicepresidente. Representaba a la facción moderada, inclinada hacia una solución borbónica y monárquica; y al cancelarse los artículos del Plan de Iguala que abogaban por ella, encabezó el partido conservador, que pretendió instaurar una República indivisible y centralista.




Vicente Guerrero

Insurgente y después presidente de la República. Nació en Tixtla, en lo que hoy es el estado de Guerrero. De familia campesina pobre, era mestizo con fuerte porcentaje de sangre negra. Tuvo escasa instrucción y se dedicó a las actividades agrícolas y a la arriería. Comenzó su carrera militar a las órdenes de Galeana en 1810.

      Como capitán lo comisionó Morelos para atacar Taxco. Se distinguió en la acción de Izúcar, el 23 de febrero de 1812, donde lo derrotó el brigadier Llano. Siguió a las órdenes de Morelos y combatió en el sur de Puebla.



      Después de la derrota de Puruarán, se le comisionó para combatir en el sur, a donde se dirigió con un solo asistente. Se enfrentó al jefe virreinal José de la Peña, que mandaba 700 hombres, con numerosos habitantes sureños, a los que armó con garrotes. Lo derrotó, hizo 400 prisioneros y obtuvo gran cantidad de armamento. En todos los combates en que participó mostró un valor extraordinario; a veces recibió tiros a quemarropa y peleó con arma blanca.



      A partir de 1816, tras la muerte de Morelos, declinó la lucha insurgente y pocos jefes siguieron combatiendo: Guerrero fue uno de ellos. Fue derrotado en la Cañada de los Naranjos, pero luego venció a Zavala y Reguera en Azoyú. Varios jefes independientes comenzaron a acogerse al indulto. El virrey Apodaca comprometió al padre de Guerrero para que su hijo dejara la lucha. El insurgente se negó a ello y fue cuando pronunció la conocida frase: "La Patria es primero".



      Con pocas tropas siguió la lucha en la región montañosa ahora comprendida en el Estado que lleva su nombre. Junto con Pedro Ascencio mantuvo un foco de insurrección. Por ello, cuando Iturbide puso en ejecución sus planes para la independencia, marchó al sur a combatir a Guerrero y Alquisiras. El intento fracasó, pues en los encuentros que tuvieron, la peor parte la llevaron los realistas.



      El 10 de enero de 1821 Guerrero recibió de Iturbide una invitación para conferenciar sobre la Independencia. Se reunieron en Acatempan y el jefe insurgente convino en luchar al lado de sus antiguos enemigos, ocupando un lugar subalterno.



      Aunque Guerrero reconoció a Iturbide como emperador pronto lo combatió, en unión de Bravo. El 23 de enero se batió en Almolonga contra las fuerzas imperiales mandadas por Epitacio Sánchez, quien murió en la acción, aunque logró derrotar a sus adversarios.



      Desde 1821 Guerrero había alcanzado el grado de general de división. A la caída de Iturbide, fue, del 1 de abril al 10 de octubre de 1824, miembro suplente del Supremo Poder Ejecutivo, hasta que el general Guadalupe Victoria asumió el cargo de presidente constitucional.



      Vicente Guerrero encabezó al partido yorkino y comenzó a figurar como bandera del partido popular. Cuando Nicolás Bravo, jefe del partido escocés, se alzó en armas contra el gobierno de Victoria, en 1828, Guerrero lo batió en Tulancingo.



      Ese mismo año figuró como candidato a la presidencia. Aunque contó con numerosos partidarios, el voto indirecto de las legislaturas estatales, por 11 votos contra 9, designó a Manuel Gómez Pedraza, quien desde el Ministerio de Guerra influía en las elecciones. Se produjo un movimiento subversivo, se saqueó el Parián y se declaró insubsistente la elección de Gómez Pedraza. Se designó entonces presidente a Guerrero, quien tomó posesión el 1 de abril de 1829; en la vicepresidencia se designó al general Anastasio Bustamante.



      Ocurrió la invasión del español Isidro Barradas y el gobierno logró derrotar a los invasores. Anastasio Bustamante, quien vigilaba a Guerrero desde Jalapa, proclamó el plan de la ciudad de ese nombre y desconoció al régimen de Guerrero.



      Dejó la presidencia el 16 de diciembre de 1829; a su vez, el Congreso lo declaró imposibilitado para gobernar la República. Entonces Guerrero se dirigió al sur, y se lanzó en una nueva guerra civil. Armijo fue enviado para combatirlo, fue derrotado y muerto en Texca.



      La guerra se prolongó todo 1830. El gobierno de Anastasio Bustamante, por medio de su ministro José Antonio Facio, se concertó con el marino genovés Francisco Picaluga para dar muerte a Guerrero. En enero de 1831 Vicente Guerrero fue convidado a comer por el genovés a bordo del bergantín "El Colombo". Una vez a bordo, Picaluga le prendió, y se dirigió a Huatulco, en la costa oaxaqueña.



      Allí entregó su prisionero al capitán Miguel González, quien condujo a Guerrero a Oaxaca. Un consejo de guerra lo condenó a muerte. Lo fusilaron en la villa de Cuilapan, la mañana del 14 de febrero de 1831. En honor de Vicente Guerrero, un Estado de la República Mexicana ostenta su nombre.


Resistencia

Guadalupe Victoria


Militar e independentista mexicano (Tamazul, Nueva Vizcaya, 1786 - San Carlos de Perote, 1846). Su verdadero nombre era José Miguel Ramón Adaucto Fernández Félix y creció con su tío el cura de Tamazul, Agustín Fernández. Estudió en el Seminario de Durango y en el colegio de San Ildefonso de México, con los jóvenes capitalistas.

En 1812 se sumó a las fuerzas insurgentes de Hermenegildo Galeana y cambió su nombre por el de Guadalupe Victoria, pues se encomendó a la Virgen morena y luchó por la victoria de la causa insurgente. Destacó durante la toma de Oaxaca y se unió a la tropa de Nicolás Bravo en Veracruz. Se dedicó a controlar el paso del puente del Rey, por el que se hizo famoso debido a sus exitosos asaltos a convoyes militares.

Por ello fue ascendido a coronel y se encargó de la campaña de Veracruz. Defendió los puertos de Nauta y Boquillas de Piedras, aunque los realistas consiguieron recuperarlos más tarde. Victoria inició una estrategia de guerra de guerrillas con ataques breves pero fulminantes. Además organizó un gobierno en el territorio que dominaba, fijó impuestos para el sostenimiento de la guerra, nombró jueces y las condiciones para la creación de una fuerza marítima. Logró asediar y aislar las ciudades de Córdoba, Orizaba y Jalapa.

José Miguel Ramón Adaucto Fernández y Félix, mejor conocido como Guadalupe Victoria (29 de septiembre de 1786  21 de marzo de1843,  fue un militar y político mexicano, una de las figuras más destacadas en la Guerra de Independencia de México frente al Imperio español. Fue diputado por Durango y miembro del Supremo Poder Ejecutivo. Fue el primer presidente de México.

La toma de Oaxaca fue una acción militar que tuvo lugar el 25 de noviembre de 1812, en la ciudad de Oaxaca de Juárez, donde los insurgentes encabezados por José María Morelos derrotaron a las fuerzas realistas del Teniente general Antonio González Saravia.

Entre los miembros de las fuerzas insurgentes que participaron en el asalto de Oaxaca se cuentan Hermenegildo Galeana, Nicolás Bravo, Mariano Matamoros, Manuel Mier y Terán, Vicente Guerrero y Guadalupe Victoria.

Guadalupe Victoria tomó parte en la batalla del Juego de Pelota, que estaba rodeado por un foso que los soldados insurgentes no se atrevieron a cruzar. Guadalupe Victoria lanzó su espada otro lado del foso y dijo ¡Va mi espada en prenda, voy por ella! Luego cruzó a nado el foso y cortó la cuerda de un puente, lo que permitió la entrada de las tropas insurgentes a la ciudad.

En 1815, Victoria comandó el movimiento insurgente en la región de Veracruz y usando la guerra de guerrillas obtuvo el control del Puente del Rey, una posición estratégica que conectaba Xalapa con el puerto de Veracruz. Cuando se enteró de que las tropas realistas se acercaban a luchar, reforzó las defensas en el puente, pero se vio obligado a retirarse a Nautla en julio de ese año.

José Francisco Osorno (Nació en Apan en 1769 – Murió en Chignahuapan, Puebla en 1824) fue un agricultor novohispano de clase baja  que se unió a los insurgentes durante la guerra de la Independencia de México. Aunque sus acciones fueron polémicas, su desempeño militar fue de gran ayuda para el movimiento independentista.
Por un principio sus motivos para participar en la guerra de independencia fue que dejaría la prisión en la que era sometido y liberar a zus demás compañeros presos. Pero ya siendo participe de esta batalla, supó hacer bien su papel y continuar luchando contra los esapañoles.
Poco se sabe de su juventud e infancia. Fue sometido a un proceso cirminal al ser acusado de ladrón de caminos en Puebla. El 30 de agosto de 1811, se unió a los insurgentes con una gavila de 700 hombres. Militó bajo las órdenes de Mariano Aldama. Tomó la plaza de Zacatlán liberando a los presos de la cárcel para incrementar su fuerza militar, sin embargo ejecutó a varios peninsulares.
Realizó repetidos ataques en contra de los realistas en los llanos de Apan y zonas de las provincias de Tlaxcala, Veracruz y México. Intentó inútilmente tomar la plaza de Tulancingo. Fue perseguido por el comandante español Ciriaco del Llano. Tras el asesinato de Mariano Aldama perpretado por José María Cazalla, tomó el mando superior de los insurgentes en la región de los llanos de Apan, no sin antes ordenar la muerte de Cazalla. El 23 de abril de 1812, en compañía de los insurgentes Miguel Serrano y Vicente Beristáin de Souza, logró tomar la plaza de Pachuca apoderándose de un gran botín.
Se unió a la Suprema Junta Nacional Americana, la cual le otorgó el grado de teniente general.
Aunque su cooperación fue relativa con Ignacio López Rayón, entabló buenas relaciones con Juan Nepomuceno Rosáins. En enero de 1813 tomó la plaza de Mimiahuapan en Tlaxcala. En 1814, fracasó en su segundo intento por tomar la plaza de Tulancingo. Cerca del actual municipio de Nopaltepec logró vencer a un contingente realista comandado por José Barradas en la batalla de Tortolitas.
En 1815 fue perseguido por el brigadier Manuel de la Concha, quien lo obligó a abandonar la zona de los llanos de Apan al año siguiente. En 1817 se acogió al indulto ofrecido por el virrey Juan Ruiz de Apodaca, durante ese año residió en Tetela de Jonotla. En 1818 fue acusado de conspiración. Aunque no hubo pruebas, se le condenó a 10 años de destierro, pero en 1820, antes de partir para cumplir su condena, fue liberado por la amnistía general decretada a raíz de la nueva puesta en vigencia de la Constitución de Cádiz.1
En 1821, al proclamarse el Plan de Iguala, se unió a las fuerzas de Vicente Guerrero siendo partícipe de la consumación de la independencia. Murió el 19 de marzo de 1824 en la hacienda de Tecoyuca, fue sepultado en la iglesia de Chignahuapan.

Organizacion


JOSE MARIA MORELOS Y PAVON

DE QUE TRABAJABAN SUS PADRES

Nació el 30 de septiembre de 1765 en la ciudad de Valladolid que hoy se llama Morelia y es capital del estado de Michoacán. José María Morelos era hijo de Manuel Morelos, carpintero de ascendencia india y de Juana María Pérez Pavón, criolla, cuyo padre había sido maestro de escuela en la ciudad. Durante catorce años, además de las primeras letras que le enseñó su madre, sólo se sabe que ayudó en lo que pudo para el sostenimiento de la familia. Al morir su padre recibió la protección de su tío Felipe Morelos. Pertenecía, pues, a familia modesta y de escasos recursos.

José María Morelos

Primeros años
José María pasó sus primeros años entregado a labores agrícolas. Más tarde fue pastor de ganado. Tal vez con el ánimo de conocer mundo y de ganar más dinero se dedicó a la arriería que entonces era profesión de mucho provecho. Los arrieros viajaban por todos los caminos, veredas y vericuetos, valles y montañas del ancho territorio del país. Iban de un sitio a otro, llevando y trayendo mercancías. A veces hacían viajes larguísimos; de las tierras del norte a las playas del sur y del oriente.
Morelos iba con los arrieros que recorrían las rutas de Valladolid, México y Acapulco. Con estos oficios y estos viajes conoció a los hombres, la pobreza de los indígenas y descubrió el secreto de los valles, de las montañas, de los ríos y bosques. Así penetró en el escenario de sus futuras hazañas militares.


Sus estudios
No se sabe cómo ni por qué, de pronto, abandonó aquellos trabajos rústicos y decidió entregarse a los estudios. Quizá influyeron en tan importante decisión los consejos de personas mayores que descubrieron en él muestras de inteligencia y buen criterio. Así vemos que en Valladolid se inscribió en 1790 en el Colegio de San Nicolás, donde enseñaba don Miguel Hidalgo y Costilla. Después pasó al Seminario Tridentino. Y más tarde se trasladó a México y en la Universidad Pontificia, en 1795, recibió el grado de bachiller. Completados sus estudios mereció la investidura de presbítero.


La idea insurgente
De tiempo atrás el pueblo -el pueblo era mexicano dentro del propio régimen de la Nueva España- anhelaba la independencia y la libertad. En pleno periodo virreinal hubo sublevaciones de indios, de negros y de criollos contra el absolutismo que sufría el país. Todas fueron sofocadas a sangre y fuego. Parecía que la lucha era inútil porque sobre el pueblo pasaban fuerzas militares, económicas y eclesiásticas.
Es casi seguro que por este tiempo, Morelos había tenido correspondencia con emisarios del cura Hidalgo y los conspiradores de Querétaro. La idea de la insurgencia empezaba a tomar cuerpo en diferentes núcleos sociales.
La situación que prevalecía en España era propicia para el movimiento libertador. El rey de España había sido depuesto por Napoleón. El pueblo español estaba en rebeldía con el invasor francés. Los mexicanos pensaron entonces, con razón, que desaparecidos los poderes españoles, la soberanía de estas colonias de América tenía que recaer en el pueblo mismo. Nadie más que el pueblo era capaz de crear la naturaleza de su gobierno. Tal era la idea de los insurgentes mexicanos y de los insurgentes del sur de América, según lo habían de manifestar Bolívar, Artigas y San Martín.
Es posible que Morelos, desde antes del grito de Dolores, hubiera hecho ya preparativos para sublevarse con la gente de su parroquia. Acaso tenía en su curato armas y municiones. Un día, madurada su idea de protesta, se dirigió a Valladolid para informarse mejor de los pasos que daba el incipiente movimiento insurgente.
Aquí vino su bautizo de fuego. Se enfrentó con tropas realistas que andaban merodeando por aquellos contornos. Aunque el tiroteo fue recio por ambas partes no se llegó a una batalla formal. Morelos acabó por guarecerse en el campamento que había establecido. Tal fue su primera experiencia militar. En seguida entendió que el coraje de los hombres debía ceñirse a la disciplina y al buen orden para obtener triunfos perdurables. Morelos tenía agallas para hacer de aquellas chusmas un ejército digno de la causa que defendía.



Morelos insurgente
Entonces surgió el Morelos insurgente. Las estampas de la época nos lo muestran como un hombre de tez broncínea, de pelo negro, de mirada penetrante y de gesto agrio. Su vestimenta era una mezcla de sotana y de arreos militares. Tal parece que no quiso desprenderse de su hábito sacerdotal. Era cura y soldado al mismo tiempo. Una de sus características fue el pañuelo con que se cubría la cabeza. Era buen jinete y sabía conducir sus caballos al paso conveniente de las peripecias de la guerra y de los caminos por donde transitaba. Cuando en el filo de una loma aparecía jinete en su caballo negro era como el anuncio de una fuerza ciega que estaba a punto de desatarse sobre el enemigo. Su sola presencia imponía respeto. Cuando se lanzaba al combate brillaban por igual sus ojos y su desnuda espalda.






Ignacio López Rayón.

Nació en Tlalpujahua, Michoacán en 1773. Hijo de Rafaela López Aguado de Rayón, cuyos cinco hijos lucharón por la Independencia.
Hizo sus estudios de bachillerato en el Colegio de San Nicolás de Valladolid; posteriormente viajó a la ciudad de México, donde cursó la carrera de jurisprudencia en San Idelfonso, graduado en 1796. 

A la muerte de su padre regresa a su tierra natal a trabajar en las minas. En esta época consolidó sus relaciones con antiguos compañeros de escuela, como los hermanos Juan e Ignacio Almada, y con José María Chico, grupo que mostraba sus simpatías por las ideas independentistas.

Al estallar la guerra de independencia en septiembre de 1810, formula un plan para evitar el despilfarro de los recursos obtenidos para la causa insurgente. 
Se unió cuando Ignacio Allende pasó por Maravatio, Michoacán, tras lo cual fue presentado al cura Miguel Hidalgo y Costilla, quien lo nombró su secretario.
Derrota las tropas realistas y regresa a Zitácuaro, Michoacán a organizar la Suprema Corte Nacional Americana (agosto de 1811) quedando como Presidente y nombrando como vocales a Sixto Verduzco y a José María Liceaga. Además se unieron a la Junta, don José María Coz (quien se convertiría pronto en su colaborador fiel), Carlos María de Bustamante, Andrés Quintana Roo y su esposa, Leona Vicario. Fue entonces cuando López Rayón puso los cimientos de la estructura legal de un nuevo Estado en el documento "Elementos de nuestra Constitución", en el que se reconocieron por vez primera las garantías básicas que conforman la soberanía de la nación como son la libertad, la igualdad y la seguridad. Así como la libertad de imprenta y el derecho al trabajo. La junta fue reconocida por Morelos en noviembre de 1812, después de la toma de Oaxaca.

Inicio



Miguel Hidalgo y Costilla.

fue un sacerdote y militar novohispano de clase Criolla que destacó en la primera etapa de la Guerra de Independencia de México, que inició con un acto conocido en la historiografía mexicana como Grito de Dolores.

Miguel Hidalgo y Costilla nació en el rancho de San Vicente del Caño, perteneciente a la Hacienda de San Diego, Guanajuato el 8 de mayo de 1753; fue el segundo de cuatro hijos del matrimonio formado por Cristóbal Hidalgo y Costilla, administrador de Corralejo, y Ana María Gallaga.

En junio de 1765 Miguel Hidalgo junto a su hermano José Joaquín partió a estudiar al Colegio de San Nicolás Obispo. Ubicado en Valladolid, capital de la provincia de Michoacán. El colegio había sido fundado en 1547 por Antonio de Mendoza y Pacheco, primer virrey de Nueva España, quien entregó la universidad y el edificio donde se alojaba a los miembros de la Compañía de Jesús, que instituyeron cátedras de latín, derecho y estudios sacerdotales. Fue en esta casa donde los hermanos Hidalgo estudiaron hasta 1767.

En esta institución, Hidalgo estudió letras latinas, leyó a autores clásicos como Cicerón y Ovidio, y a otros como San Jerónimo y Virgilio. A los diecisiete años de edad ya era maestro en filosofía y teología, por lo que entre sus amigos y condiscípulos se ganó el apodo de "El Zorro", por la astucia que mostraba en juegos intelectuales. Aprendió el idioma francés y leyó a Molière, autor a quien años más tarde representaría en las jornadas teatrales que él mismo organizaba siendo párroco de Dolores.

En 1808 se documentó en Dolores la llegada de un agente francés al servicio del general Moreau, enemigo de Napoleón. El agente dio su nombre como Octaviano D'Almíbar, dijo que estaba en misión rumbo a los Estados Unidos de América y en octubre del mismo año desapareció sin dejar huella alguna.

En la primera semana de septiembre arribó a Veracruz el virrey Francisco Xavier Venegas, quien de inmediato recibió información acerca de una conspiración contra el gobierno real español en México. El intendente de Guanajuato, Riaño, ordenó al comandante de la plaza investigar sobre aquellos rumores, y el 11 de septiembre se realizó una redada en Querétaro cuyo fin era capturar a los responsables. Se logró arrestar a Epigmenio González y se giró orden de aprehensión en contra de Allende, que escapó a una población del Bajío.

Por medio del alcalde de Querétaro, Belleza, doña Josefa fue informada de la captura de los Ibarra y se dispuso a prevenir a Hidalgo sobre el peligro que corrían. Pero antes de salir a Dolores fue encerrada en un cuarto por su marido. Sin embargo, la corregidora pudo contactar con Allende a través de Belleza, para informar oportunamente a Hidalgo.

Juan Aldama
(03/01/1774 - 26/06/1811)

Juan Aldama

Insurgente mexicano



Nació el 3 de enero de 1774 en San Miguel el Grande (actual San Miguel de Allende, en el estado de Guanajuato). Hermano de 
Ignacio Aldama. Cuando comienza la guerra de Independencia, era capitán del regimiento de caballería de las milicias de la reina en su pueblo. En 1809 toma parte en la conspiración que en Valladolid dirigieron García Obeso y Michelena. Junto a su hermano Ignacio participó en las juntas secretas de Querétaro en 1810 en la casa del corregidor Domínguez, y en las de San Miguel. El 10 de septiembre de ese mismo año, la conspiración de Querétaro es descubierta por denuncia de el capitán Joaquín Arias de Celaya. El 13 de septiembre hubo otra denuncia, en la que se implicaba como conspiradores a los hermanos Emeterio y Epigmenio González, así como al corregidor Domínguez, de Querétaro. Éste se percató y ordenó registrar las casas de los hermanos González, en busca de armas.

La esposa del corregidor, Doña 
Josefa Ortiz de Domínguez, avisa a Ignacio Allende enviando un correo a San Miguel. El enviado de la corregidora informó al capitán Juan Aldama que la conspiración había sido descubierta. Aldama se entrevista con Miguel Hidalgo y Allende. Los tres llegan a la conclusión de que había que adelantar el movimiento. En la madrugada de ese día, 16 de septiembre de 1810Hidalgo mandó llamar al pueblo mediante un rebato de campanas y así se inicia la revolución. El 17 siguiente, se nombra una junta directiva en San Miguel el Grande, Aldama fue presidente, siendo el primer gobierno de los insurgentes.

Juan Aldama fue ascendido al grado de teniente general, grado con el que participó en las desastrosas batallas de Aculco y Puente de Calderón, en 1811. Tras la derrota sufrida por contra los realistas de Calleja, se inició la retirada hacia el norte, acompañando Juan Aldama a los cabecillas, hasta Acatita de Baján, en donde todos fueron aprehendidos, por la traición de Elizondo. Hidalgo, Allende, Aldama, Jiménez y otros jefes fueron remitidos a la ciudad de Chihuahua, donde el tribunal militar debería juzgarlos por rebeldía. Juan Aldama fue sentenciado a morir y fue fusilado el 26 de junio de 1811 en compañía de AllendeMariano Jiménez y Manuel Santa María. Su cabeza fue enviada a la Alhóndiga de Granaditas para que fuera exhibida colgada.